
La anestesia locorregional tiene como objetivo eliminar el dolor de la zona a operar, mediante el bloque reversible de la conducción del impulso nervioso a través de la inyección del anestésico local con o sin adyuvantes, cerca de la raíz nerviosa correspondiente. Las técnicas pueden ser locales, periféricas o neuroaxiales. Cada vez se emplea en más intervenciones quirúrgicas tanto para la anestesia propiamente dicha como para el óptimo control del dolor postoperatorio. Podemos combinarla con anestesia general o sedación, o realizar la intervención sólo con anestesia regional sin alterar el nivel de conciencia. Su empleo permite un uso menor de opioides, evitando así sus efectos secundarios y complicaciones. Cada vez es más empleada en los protocolos fastrack o de recuperación intensificada, permitiendo una rehabilitación y tolerancia oral más rápida y en consecuencia un alta más precoz, favoreciéndose los programas de cirugía ambulatoria. Y en determinadas intervenciones puede disminuir las complicaciones a nivel cardiovascular, pulmonar o la trombótico. Sus complicaciones son infrecuentes, pero pueden tener graves consecuencias, por lo que estas técnicas deben realizarse bajo los estándares de seguridad establecidos.