La seguridad de los pacientes es un componente clave de la calidad asistencial, y una prioridad para el sistema sanitario tanto público como privado, que tiene un firme compromiso con la excelencia clínica.
Los enormes avances en la práctica médica, la incorporación de nuevas tecnologías y la sofisticación de las intervenciones y tratamientos requeridos, han transformado la asistencia sanitaria en una actividad cada vez más compleja y que entraña más riesgos potenciales. El principio clásico del “primum non nocere” (ante todo, no causar daño) sigue siendo hoy día, más pertinente que nunca, y debe seguir siendo una constante en el progreso sanitario.
El notable progreso experimentado por la cultura de la calidad y seguridad del paciente y su implantación real en los centros ha sido una realidad en estos últimos años. Sin embargo, lamentablemente, la eclosión de la pandemia del COVID 19 en marzo de 2020 supuso una crisis sanitaria sin precedentes, que ha obligado a una modificación y adaptación de muchas líneas de trabajo pero también ha supuesto una oportunidad para avanzar en la conformación de nuevos equipos de trabajo, nuevos estudios y proyectos.
La mejora de la Seguridad del Paciente requiere de un esfuerzo sistémico complejo, dirigido a una amplia variedad de actuaciones: incorporar la gestión del riesgo sanitario, estandarizar los procedimientos, favorecer la gestión de procesos según la evidencia científica, formar a los profesionales para implementar prácticas seguras, y dar a conocer aspectos básicos de seguridad a pacientes y ciudadanos para que sean así partícipes en su propia seguridad.
Es por tanto fundamental un esfuerzo coordinado para crear una CULTURA DE SEGURIDAD que esté dirigida a la prevención, detección y mitigación de los incidentes, que además favorezca la notificación de estos y el análisis de sus causas, con el objetivo final de lograr el intercambio de experiencias y la difusión de las lecciones aprendidas.
La mejora de la Seguridad del Paciente involucra al conjunto de la organización sanitaria y sociedades científicas, y beneficia a todos (pacientes, profesionales sanitarios, alta dirección), por lo que es imprescindible la participación de todos los agentes implicados en la consecución de este objetivo.
La Sección de Calidad, Seguridad del Paciente y Ética trabaja en coordinación con el Sistema Español de Seguridad en Anestesia y Reanimación (SENSAR), organización liderada desde la Anestesiología, que analiza los factores implicados en que la seguridad del paciente en el perioperatorio, y propone medidas de mejora en base a ellos.
En este trabajo de equipo multidisciplinar siempre ha destacado la experiencia y colaboración de los servicios de Anestesiología, que tienen una visión muy global del proceso asistencial y una competencia profesional para valoración del riesgo de forma proactiva, circunstancias que siempre nos sitúan en un punto de partida muy actualizado para la coordinación de la Seguridad del Paciente.
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